Ya no más fútil encanto
ya no más batallas
o sueños de grandeza
sólo silencio silencio
en éste paramo perdido
en éste instante cero
en que la vida ya no
se haya ni comoda
ni en casa.
Ya no más que la sobria
muerte generosa y cierta
para darle fin a está
indeble existencia
de angosta fecha
y de malagradecida fortuna
consumida en sus inevitables
gracias.
Ya no más que muerte
entre la niebla de las horas
y los últimos besos
que se ahogan.
Ya no más que muerte
con certeza y danzar
entre las sombras.
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