sábado, 31 de julio de 2010

EL MECÁNISMO DEL SUEÑO CAPITULO1° PARTE DOS


Ella no te fue importante como la casa a donde te llevo, que era una casa comuna de artistas, entre ellos era también casa de tu gran amigo Fernando Arrabal que vivía en ella y que estaba de asistente del gran artista mimo del gran Marcel Marceau, cuando el te llevo con el gran mimo tu soledad empezó a ser un momento que se desfiguraba poco a poco en tu memoria, era curiosa esa madrugada de recuerdos del intolerante padre, del rotundo rechazo de la vaca sagrada para recibirte y del encuentro con la famélica y caída del cielo, esa rubia que te dijo como 20 mil y una vez su nombre y que tu olvidabas con una facilidad, que parecía que la rubia no tenía nombre, ni cara solo el apestoso cuerpo oliendo a esa imitación barata de perfume Coco, sin qué está amigable rubia famélica no te despertaba ni siquiera simpatía y tu no sabias ni te preguntabas por qué, ya que estabas muy entretenido con tu amigo que te presentaba, a varios de los habitantes de la casa comuna de bohemios errantes todos, con ganas de hacer del arte su vida misma, muchos de ellos eran terribles callejeros capaces de asaltar a los demás, tan sólo para llamar la atención de su inicial fama de 15 minutos, pero esa filosofía no era tuya era de otro que de seguro era un burguesiíto de quinta y americano, mientras tanto la rubia famélica y cristiana se encontraba en el espacio de la sala paseándose desde la escalera hasta la ventana del fondo, con una impresionante danza tonta de caminar como cuadrúpeda pero de cara arriba, todos la volteaban a ver porqué a pesar de ser famélica e insignificante, era mujer y llenaba los sentidos con febril éxtasis, cuando parecía que justamente iba a incorporarse sucedía que con una singular inmediatez volvía a empezar su danza tonta, el mismo recorrido y curiosamente sin mermar el cansancio entonces tu amigo te llamo por tu nombre Alejandro y al momento de voltear todos eran animales vestidos como seres humanos era como estar en una singular versión animada de Rebelión en la granja y todos bebían y reían a tu alrededor, Alejandro mira como un sapo saliendo del lago a todos en un momento de cansancio y de fascinación del lugar, entonces la rubia famélica atravesó la estancia como un pez en el agua y era un pez hermoso de color combinado de rosado y dorado que brillaba de manera magnánima, logrando con ello llamar la atención entonces aquélla voz de la inconsciencia me dijo esas palabras de la razón sin conexión pero que se presumen en el inconsciente con cierta consciencia, y la voz que tiene un rostro inconsciente como la mecánica de los sueños que abarca, de manera arbitraria y juguetona, ante la vista interior, en ese inevitable surco que es posible y habitable en el sueño que es mitad consciencia y mitad no, entonces ahí sólo ahí se hace el misterio de esa información contada antes de empezar a despertar, y quedar anonadado si tienes leves indicios de recordar lo soñado mientras vas haciendo tu día.

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