FRANCISCO IGNACIO MÁRTIR
Por JOEL GUSTAVO RODRÍGUEZ TORAL
Para BETSSY
Esa voz espectral que dijo Francisco Ignacio eres un mártir, ese pájaro de mal agüero muerto en la ciudadela, justo antes de que tomaras esa mala decisión de dar el mando a Victoriano Huerta, en esa batalla campal que fue trágica y confusa, la charamusca iniciada por Manuel Mondragón y Félix Díaz, dónde murió Félix Díaz sobrino de Porfirio Díaz, al igual que Bernardo Reyes los principales conspiradores para consumar tu derrota, a quiénes no les alcanzó la vida para verlo, pero -¿quién te iba a decir que tu muerte y la de José María Pino Suárez, cómo la de tu hermano Gustavo Adolfo al igual que la de Belisario Domínguez, quién fuera la única voz de denuncia en el congreso contra el Chacal de Huerta?-, estuviera precisamente en las manos y en las ordenes de éste último, de Victoriano Huerta, Francisco Ignacio eres mártir, al parecer te dijo en el momento que acepto el mando y te tomo de prisionero, José María Pino Suárez protesto también y de todos el sufrió tu misma suerte, él te acompaño por ese camino madrugal de muerte, pero tu no recordaste ese trueno cayendo cerca de tu caballo, al llegar a la capital, justo a la derrota de Porfirio Díaz el tirano, el héroe de Ayutla, a quién después de 40 años lograste tanto conjurar su poder cómo derrotarlo, algo que a ti te sucedería muy pronto por qué estaba ya en tu signo, todas las señales de ese mensaje espiritual, que fue la razón principal de volverte espiritista, que de manera natural ignoraste u olvidaste, ese sueño o pesadilla que te despertaba con resquemores y exaltación, ese camino que deberías andar, al que valiente le dabas la cara, ese sueño que te ponía alrededor de multitudes siguiéndote, con miles de voces que te decían de manera fraternal y con simpatía estamos contigo Francisco Ignacio, con esa voz perdida que te seguía como una sombra, como tu misma sombra que te hablaba en bajo tono, rumor fantasmal que en la multitud se perdía y que te decía Francisco Ignacio eres mártir, pero que tu no oías por que tu estabas al frente de la revolución de 1910, junto a tu plan de San Luis unificaste voces inconformes del país, conociste a dos que cómo tú hacían su reclamo, uno más universal pero no menos importante Ricardo Flores Magón, a quién tu mismo le diste dinero para que huyera a Estados Unidos, pero entonces conociste al reclamo de la tierra, encarnado en Emiliano Zapata el cuadillo del sur, el mismo que se te acerco para que les dieras esas tierras que a su pueblo le pertenecían por mandato de: “el Rey Fernando” y que los hacendados latifundistas les negaban, tanto para Ricardo Flores Magón cómo para Zapata tu fuiste un traidor de los principios de tu revolución, mientras que tus planes eran democratizar al país, pero que equivocado estabas en dejar a las huestes de Porfirio Díaz con vida, cómo viste las alegrías de tu cruzada también viste el repudio general ante el tirano, que resultó ingenuo en el poder, primero se lo dijo al periodista americano James Creelman y luego se lo dijiste tu, el país ya estaba listo para ser gobernado por otro que no fuera Díaz, ahora Huerta tocado por el diablo y por Henry Lane Wilson, a quién le ofreció tu cabeza para quedar bien y tener la ayuda de Estados Unidos, ahora era Huerta el que jugaba con el poder ciego de la tiranía. Tu tuviste tacto y visión para saber de la violencia capitalina, para calmar las aguas accediste a dejar el poder, a cambio de la paz del país que ya había derramado sangre, cómo para poder dejar afuera a tus familiares, lejos del país en estados Unidos dónde tenían algunas propiedades, todos tus hermanos y tu mujer se fueron, Huerta al tener tu renuncia, respeto en un show que duro lo que el secretario de Relaciones exteriores en turno, dio protesta cómo Presidente siendo su mandato el más irrisorio de nuestra historia fue presidente durante 45 minutos, que utilizo para protestar cómo presidente y para dejarle el mando al Chacal de Huerta, con tu familia lejos podrías aceptar más tu destino: Francisco Ignacio eres un mártir, menos tu hermano el periodista: Gustavo Adolfo que confronto en la ciudadela al Chacal, gritándole asesino y que fue linchado a bayoneta calada por el batallón de Huerta, sufriendo por su ojo izquierdo el camino de la muerte, ya que atravesó el ojo y el cerebro, horas después estabas tu ahí en tu celda, sabiendo ya tu suerte, tu destino que se te había anunciado entre sueños llegaba a esa última exaltación en esa voz indeleble que te afirmaba cómo siempre: Francisco Ignacio eres un mártir, tu cabeza era más importante para Estados Unidos y para Huerta, en la madrugada te sacaron de tu celda en la cárcel de Lecumberri, el camino incierto de aquélla madrugada fue testigo de la vileza del Chacal, los disparos dieron fin a tu vida como a la de José María Pino Suárez, los disparos dieron fin a diez días de violencia en la capital, dieron fin a la lucha democratizadora en que te habías convertido, pero Huerta con esos disparos comenzó su muerte, ya que no podría con aquellos que se levantaron para pelear tu muerte Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón, Villa apareció mucho después con uno de los ejércitos más grandes que ha habido en México, Villa fue el primero en llorarte ya que el mismo te había querido fusilar por eso tu lo encarcelaste en Lecumberri de dónde escapo. Para todos tu revolución fue luz y esperanza, para muchos tu muerte fue trágica, pero para ti fue el cumplir con tu destino: Francisco Ignacio eres el mártir de la Revolución Mexicana y de la patria.
Por JOEL GUSTAVO RODRÍGUEZ TORAL
Para BETSSY
Esa voz espectral que dijo Francisco Ignacio eres un mártir, ese pájaro de mal agüero muerto en la ciudadela, justo antes de que tomaras esa mala decisión de dar el mando a Victoriano Huerta, en esa batalla campal que fue trágica y confusa, la charamusca iniciada por Manuel Mondragón y Félix Díaz, dónde murió Félix Díaz sobrino de Porfirio Díaz, al igual que Bernardo Reyes los principales conspiradores para consumar tu derrota, a quiénes no les alcanzó la vida para verlo, pero -¿quién te iba a decir que tu muerte y la de José María Pino Suárez, cómo la de tu hermano Gustavo Adolfo al igual que la de Belisario Domínguez, quién fuera la única voz de denuncia en el congreso contra el Chacal de Huerta?-, estuviera precisamente en las manos y en las ordenes de éste último, de Victoriano Huerta, Francisco Ignacio eres mártir, al parecer te dijo en el momento que acepto el mando y te tomo de prisionero, José María Pino Suárez protesto también y de todos el sufrió tu misma suerte, él te acompaño por ese camino madrugal de muerte, pero tu no recordaste ese trueno cayendo cerca de tu caballo, al llegar a la capital, justo a la derrota de Porfirio Díaz el tirano, el héroe de Ayutla, a quién después de 40 años lograste tanto conjurar su poder cómo derrotarlo, algo que a ti te sucedería muy pronto por qué estaba ya en tu signo, todas las señales de ese mensaje espiritual, que fue la razón principal de volverte espiritista, que de manera natural ignoraste u olvidaste, ese sueño o pesadilla que te despertaba con resquemores y exaltación, ese camino que deberías andar, al que valiente le dabas la cara, ese sueño que te ponía alrededor de multitudes siguiéndote, con miles de voces que te decían de manera fraternal y con simpatía estamos contigo Francisco Ignacio, con esa voz perdida que te seguía como una sombra, como tu misma sombra que te hablaba en bajo tono, rumor fantasmal que en la multitud se perdía y que te decía Francisco Ignacio eres mártir, pero que tu no oías por que tu estabas al frente de la revolución de 1910, junto a tu plan de San Luis unificaste voces inconformes del país, conociste a dos que cómo tú hacían su reclamo, uno más universal pero no menos importante Ricardo Flores Magón, a quién tu mismo le diste dinero para que huyera a Estados Unidos, pero entonces conociste al reclamo de la tierra, encarnado en Emiliano Zapata el cuadillo del sur, el mismo que se te acerco para que les dieras esas tierras que a su pueblo le pertenecían por mandato de: “el Rey Fernando” y que los hacendados latifundistas les negaban, tanto para Ricardo Flores Magón cómo para Zapata tu fuiste un traidor de los principios de tu revolución, mientras que tus planes eran democratizar al país, pero que equivocado estabas en dejar a las huestes de Porfirio Díaz con vida, cómo viste las alegrías de tu cruzada también viste el repudio general ante el tirano, que resultó ingenuo en el poder, primero se lo dijo al periodista americano James Creelman y luego se lo dijiste tu, el país ya estaba listo para ser gobernado por otro que no fuera Díaz, ahora Huerta tocado por el diablo y por Henry Lane Wilson, a quién le ofreció tu cabeza para quedar bien y tener la ayuda de Estados Unidos, ahora era Huerta el que jugaba con el poder ciego de la tiranía. Tu tuviste tacto y visión para saber de la violencia capitalina, para calmar las aguas accediste a dejar el poder, a cambio de la paz del país que ya había derramado sangre, cómo para poder dejar afuera a tus familiares, lejos del país en estados Unidos dónde tenían algunas propiedades, todos tus hermanos y tu mujer se fueron, Huerta al tener tu renuncia, respeto en un show que duro lo que el secretario de Relaciones exteriores en turno, dio protesta cómo Presidente siendo su mandato el más irrisorio de nuestra historia fue presidente durante 45 minutos, que utilizo para protestar cómo presidente y para dejarle el mando al Chacal de Huerta, con tu familia lejos podrías aceptar más tu destino: Francisco Ignacio eres un mártir, menos tu hermano el periodista: Gustavo Adolfo que confronto en la ciudadela al Chacal, gritándole asesino y que fue linchado a bayoneta calada por el batallón de Huerta, sufriendo por su ojo izquierdo el camino de la muerte, ya que atravesó el ojo y el cerebro, horas después estabas tu ahí en tu celda, sabiendo ya tu suerte, tu destino que se te había anunciado entre sueños llegaba a esa última exaltación en esa voz indeleble que te afirmaba cómo siempre: Francisco Ignacio eres un mártir, tu cabeza era más importante para Estados Unidos y para Huerta, en la madrugada te sacaron de tu celda en la cárcel de Lecumberri, el camino incierto de aquélla madrugada fue testigo de la vileza del Chacal, los disparos dieron fin a tu vida como a la de José María Pino Suárez, los disparos dieron fin a diez días de violencia en la capital, dieron fin a la lucha democratizadora en que te habías convertido, pero Huerta con esos disparos comenzó su muerte, ya que no podría con aquellos que se levantaron para pelear tu muerte Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón, Villa apareció mucho después con uno de los ejércitos más grandes que ha habido en México, Villa fue el primero en llorarte ya que el mismo te había querido fusilar por eso tu lo encarcelaste en Lecumberri de dónde escapo. Para todos tu revolución fue luz y esperanza, para muchos tu muerte fue trágica, pero para ti fue el cumplir con tu destino: Francisco Ignacio eres el mártir de la Revolución Mexicana y de la patria.
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